martes, 18 de diciembre de 2018

Ecos de diálogo


“Lo humano no puede ser sino en cuanto trasciende y proyecta un mundo de posibilidades que a su vez lo definen a él”
Heidegger
Por años he mirado la organización como elemento fundamental para el poder hacer, y sin embargo algo obvio escapaba de mi vista, para hacer se tiene que ser. La manera en la que entrelacemos el ser y el hacer nos llevará a constituir sujetos colectivos autocreadores de sí mismo y de su medio, o a ser estructuras momificadas replicadoras de modelos no satisfactorios.
Una característica fundamental del ser es su inmanencia, no se puede ser sujeto autocreador sólo “por ratos”; debemos vivir en un proceso continuo de creación de la vida social, más allá de los foros, clases o reuniones, en la experiencia concreta de la vida. Pero superar la inercia mental y corporal no es fácil, sobre todo si uno ha vivido de cierta manera: nos adaptamos y adoptamos conductas para sobrevivir. Es nuestra responsabilidad llenar la existencia propia cada vez con más momentos de creación de lo nuevo, en la medida en que transformemos nuestro medio, nos estaremos transformando en una continua autoafirmación vital.
En esos momentos de creación, tendríamos que poder suspender nuestros pensamientos habituales, si dentro de nuestra compleja mente tuviéramos la posibilidad de poner entre paréntesis condicionamientos culturales, si nos quitáramos los lentes con los que solemos ver y nos disponemos a descubrir todo de nuevo…entonces quizá podríamos ser creadores de un pensamiento propio.
Cada vez es más difícil mirar con inocencia. La globalidad que hoy conocemos es aplastante, casi sinónimo de estandarización. El mundo virtual aparece en constante expansión: ideas, imágenes y noticias de todo el mundo que crean a su vez sus propias imágenes y noticias; ante ello el enfoque local se difumina y se pierde la capacidad de reflexión en lo propio, una posible explicación al creciente nihilismo en los jóvenes; poner la mirada en lo masivo, lo distante y lo ajeno, antes que en el propio ser, en lo cercano y en los cercanos, conduce a una pérdida de valores auténticos. Por lo que en los próximos años el mayor reto será generar un pensamiento con visión global, pero que recupere raíces; geográficamente este pensamiento no podrá tener fronteras nacionales, culturalmente no deberá tener razas; quizá sea un pensamiento con lindes ecosistemicos, que surja de la experiencia vivida y sólo, desde ahí globalizarse.
Para que nazca un pensamiento así, habrá que generar la morada: redes de convivencialidad. Muchas pequeñas Escuelitas que doten la dimensión necesaria para que surja lo germinal. Nuestra escala no es la pública, ni la privada, no es el movimiento masivo, ni la estructura familiar, es lo convivencial; es la escala propicia en donde los recursos físicos y relacionales pueden estar disponibles, ya que se encuentran mediados por la confianza y la cercanía.
Nuestra Escuelita tiene notables características que son a la vez medio y fin:
  • Seres integrales y no refinados. Lo humano, a diferencia del enfoque reduccionista a menudo utilizado por los médicos, no es la suma de sus partes. Mucho menos está constituido primariamente de la razón, hay un entrelazamiento del pensar y el sentir, lo cual es fundamento de todo hacer. Pensar que somos solo seres racionales, sin tomar en cuenta la emoción o no ejercer la práctica, nos lleva a buscar verdades absolutas, purismos aislantes. Si nos percibimos y percibimos al otro en toda su integralidad, nos volvemos comprensivos y compartimos la responsabilidad de vivir, lo cual podríamos llamar también empatía.
  • El poder constitutivo de la empatía. Trascender los propios límites para ponerse en el lugar del otro, lo cual implica una mejor comprensión de lo que somos: sujetos en constante movimiento, inagotables y abundantes. Seres tocados por la existencia del otro.
  • Buscando el conocimiento colectivo. El neurobiólogo Varela, decía que la mente no se encuentra en la cabeza, incluso afirmaba que mi mente es la otra mente. Así nos descubre que el pensar también es empático, no es un fenómeno individual y sin embargo se da en soledad. El conocimiento se escribe en los libros, pero surge de la experiencia y la interacción con los otros, el conocimiento tiene un cuerpo que danza con muchos otros cuerpos, entre interpretación y realidad.
Estas características se concretan en modelos de acción:
Bibliopráxis. Se debe facilitar de los recursos necesarios para el aprendizaje. Ponemos a disposición libros, revistas y documentos con alma propia, es decir, seleccionados para crear un pensamiento alternativo. Con la lectura de los libros no se busca hacernos eruditos, cada libro leído personalmente tendrá que significar un aporte para el colectivo que se podrá manifestar de múltiples maneras.
El método de colmena. Prescindimos de las especializaciones, nuestro objetivo es la consciencia, en el sentido de John David García “La conciencia es amplia cuando el saber se divide entre muchos aspectos del entorno. Una persona con una conciencia estrecha se llama "especialista", Una persona con una amplia conciencia se llama "generalista". La suma total individual de saber de un especialista y un generalista puede ser igual, en cierto sentido, pero su capacidad para predecir y controlar el entorno total será probablemente muy diferente”. Nos inspiramos en las colmenas para generar un método transisciplinario del cual obtengamos la preciada miel que nutra la vida.
El Ágape. Retomamos este término que sirvió para nombrar el amor a la humanidad y que buscaba favorecer la unión, para convocarnos a experiencias creadoras de lo humano, tales como: meditación, música, lenguas, etc. Connotando lo abundante, lo fértil y lo festivo.
Re-encantar la vida. Volver lo cotidiano algo extraordinario, es una manera de fortalecerse. Valorizar lo que uno vive momento a momento, se vuelve un acto espiritual, si cada experiencia conscientemente es apreciada como algo único y bello, esa experiencia se consagra. A las fronteras geográficas y de raza ya superadas, se suman los límites religiosos, sublimados ante la estética. Un nuevo rumbo casi inexplorado de la existencia, sería vivir con amor en el arte; para Sócrates la erótica es la destreza de relacionarse con los otros, explorando nuevas dimensiones de lo humano, con imaginación y delicadeza, podemos reinventar el pensamiento para que no sólo comunique ideas, sino que invite a un despertar…
Claudia Caballero


Categoría: Artículos sobre educación
Visto: 15482

martes, 4 de diciembre de 2018

10 Maneras de tener la autoestima alta y no volver a perderla.

¿Qué significa para ti la autoestima?

Puede pensar en ello como su voz interior, la voz que le dice si es lo suficientemente bueno para hacer o lograr algo. La autoestima se trata de cómo nos valoramos a nosotros mismos, nuestras percepciones y creencias en lo que somos y de lo que somos capaces. Nuestra autoestima puede estar desalineada con la percepción de los demás sobre quiénes somos.
Curiosamente, la autoestima tiene poco que ver con el talento o la capacidad real. Es bastante posible que alguien que es bueno en algo tenga una baja autoestima, mientras que alguien que lucha en un tema en particular podría tener una buena autoestima.
En el primer caso, la persona podría pensar: “Tengo que dar un discurso mañana y lo estoy temiendo. Sé que no soy bueno “, a pesar de que tienen experiencia y éxito. La otra persona puede estar determinada a dar un buen discurso y se enfoca en sentirse más confiada con el resultado, a pesar de que muestran menos talento que la primera persona.
Es fácil ver cómo la falta de autoestima puede influir en el comportamiento de una persona, sin mencionar lo que logran en sus vidas.
¿Por qué las personas experimentan baja autoestima?
Hay maneras de aumentar su autoestima, incluso si siente que está luchando por hacerlo.
Hay muchas razones por las que alguien puede tener baja autoestima. Un sentimiento de fracaso puede provenir de una mala decisión o de una serie de experiencias en la vida que llevan a la persona a sentirse mal con ellos mismos.
Por ejemplo, digamos que no confías en tus propias habilidades y que no te sientes lo suficientemente fuerte como para resistir el contacto con la multitud equivocada. En esta situación, puede sentirse impotente para rechazar la oferta de medicamentos cuando se los presentan. Por lo tanto, los tomas para que puedas encajar y sentirte parte de un grupo, esperando que esto incremente tu autoestima y confianza.
Todos los seres humanos aspiramos a ser amados y aun con más ambición, aspiramos a ser amados por las personas que amamos, pero olvidamos que, en primer lugar, debemos ser objetos del amor de nosotros mismos.
Presentaremos aquí algunas estrategias que pueden contribuir a desarrollar y mantener una buena autoestima si son practicadas de manera regular, al mismo tiempo que una actitud más constructiva en relación a uno mismo.
#1. Identifícate con valores fuertes
Piensa en esos valores que definen a las grandes personas y establece cuántos de ellos también figuran entre tus ideales.
La libertad de pensamiento, el respeto por el otro, el amor por el prójimo, la compasión y todo aquello que hace a la nobleza de una persona.
Todos contamos con valores y somos capaces de ponerlos en práctica en algún momento. Incluso debes hacerlo a menudo y seguramente otros los vean, menos tú.
No te dejes influir por “accesorios” superficiales de tu personalidad y rescata eso que sabes que siempre va a formar parte de tu ser.
Vivir con valores sólidos contribuye a sentirse feliz.
#2. Reconoce tus virtudes
Todas las personas tenemos defectos y virtudes que muchas veces podemos modificar a lo largo de nuestra vida.
Es importante focalizar lo bueno y no detenernos siempre en lo malo. Destaquemos nuestras cualidades y aunque te parezca un ejercicio insignificante, te proponemos que las escribas en un papel, las leas de tanto en tanto e intentes mejora alguna. ¡Este es un buen ejercicio!
¿Quieres llevarte una sorpresa? Pide a tus amigos que hagan una lista de tus virtudes y de todo eso que aman de ti. ¡No podrás creer todo lo bueno que descubrirás de tu propia personalidad!
#3. Busca soluciones
¿Cómo actúas frente a un problema? Cuando tenemos una baja autoestima tendemos a ver las cosas malas y por mucho que le demos vuelta a la cuestión, no encontramos un costado luminoso; todo lo vemos negro.
Sin embargo, siempre hay una alternativa positiva o una solución.
¡Esto merece práctica! Frente a una situación difícil puedes recurrir a parte de la estrategia del punto anterior y anotar los problemas y los puntos negativos y los puntos positivos y las posibles soluciones.
Verás que en poco tiempo tendrás una lista de alternativas que en otro momento no se te hubieran ocurrido y que en algún punto pueden parecerte difíciles de implementar, pero siempre hay una manera.
#4. Apela a la comprensión
Se comprensivo contigo mismo que no quiere decir ser indulgente y permisivo. Si tratas de hacer lo mejor e intentas ser cada día mejor persona, mereces ser benévolo con ese que ves en el espejo y al que debes sonreír cada día para darle más y más confianza.
¡Anímate a darte ánimos!
#5. Celebra tus pequeñas victorias
Para todo hay un minuto cero que es el punto de partida, el comienzo de algo. Tal vez el objetivo final se vea lejano, pero todos los que llegaron también empezaron en ese mismo punto; de modo que trabajar la autoestima también implica disfrutar de pequeñas victorias sobre la reafirmación de tu personalidad que te darán lugar a obtener otras mayores y mejores.
¿Organizaste una cena magnífica? ¿Terminaste tu trabajo en tiempo record? Disfruta del placer de estos pequeños logros porque son los que sentarán las bases de una sólida autoestima.
#6. Elimina los pensamientos tóxicos
¿Alguna vez viste esa imagen del diablito y el angelito que nos hablan al oído? Las personas con baja autoestima sólo escuchan al diablito diciendo cosas como: “No mereces nada…”, “No vas a lograrlo…”, “No eres lo bastante bueno…”
Estas críticas y desánimo minan tu confianza y te terminas convenciendo de que no puedes lograr nada o de que no eres bueno para nada.
No incluyas estos pensamientos tóxicos en tu día a día. En cambio, al momento de comenzar con algo nuevo vuelve a pensar en tu lista de cualidades y virtudes y piensa cuáles vas a utilizar para tu nuevo proyecto.
#7. Transforma lo malo en bueno
Una vez que hayas identificado tus pensamientos tóxicos y te hayas librado de ellos, piensa objetivamente en cuáles son tus verdaderos defectos y concéntrate en corregirlos.
Pero analízalo bien, porque muchas veces lo que consideramos defectos o puntos débiles pueden convertirse en un gran potencial para realizar alguna actividad o los aspectos físicos que no nos gustan de nosotros y por los que también nos criticamos y debilitamos nuestra autoestima, pueden convertirse en un signo de distinción, en una característica que te convierte en una persona única.
La belleza viene del interior, y aunque parezca una frase hecha en realidad es así y el tiempo lo demuestra.
No te resignes a que las cosas no pueden cambiar porque todo puede transformarse.
#8. Aprendamos a decir “NO”
¡Empezamos con algo bien difícil! Ser capaz de decir no es una forma de protegernos. No siempre es fácil, porque uno teme la crítica y el chantaje emocional, dos repercusiones posibles al hecho de expresar lo que uno realmente quiere. Es necesario sobreponerse al miedo al rechazo, a la desaprobación y a la no aceptación.
El miedo a decir no es muy antiguo y tan condicionante que incluso nos hace pensar que ya no seremos amados, algo que nos debilita emocionalmente.
Sin embargo, recuerda alguna vez que seguramente te haya pasado en la que tuviste que reafirmar un deseo y… ¡Sentiste que tenías el poder! ¡Qué satisfacción! Uno se siente realmente libre.
De la misma manera, es inaceptable permitir que se nos critique por sentir tal o cual emoción en particular. Todas las emociones son legítimas y valederas. En todo caso, lo que se puede discutir es el comportamiento de las personas.
No tiene sentido mostrarse conformista con el único objetivo de vivir en paz. Por el contrario, renunciar a vivir nuestros miedos, nuestros enojos o nuestros valores es la mejor manera de estar en conflicto con uno mismo.
Los adultos que tienen una autoestima fuerte son capaces de expresarse libremente independientemente de las reacciones de los demás, son capaces de mostrarse en desacuerdo cuando la situación lo exige, de poner límites y aun así conservar intacta su autoestima.
En cuanto sientas que es necesario, tiene ese derecho de cambiar de idea y al mismo tiempo de expresar su disconformidad. Desarrollar estas actitudes requiere de coraje y a veces es necesario volver hacia atrás para tomar conciencia de que en ocasiones a veces uno dice que sí cuando en realidad tendría que haber dicho que no.
También se deben evaluar las consecuencias posibles del hecho de decir no y los beneficios que puedes obtener de un sí.
#9. Exprésate claramente
Debemos aprender a decir lo que pensamos, lo que deseamos y lo que sentimos. Pero cuidado, reafirmarse no implica ser agresivo. Es un aprendizaje el poder expresar las ideas sin agresividad. Seamos prudentes a la hora de formular nuestros deseos y de comunicar nuestros sentimientos, pero hagámoslo de manera clara y concreta.
En esto debemos encontrar un equilibrio y sabemos que es un punto difícil de alcanzar. Pero de la misma manera que decir “no” es un aprendizaje, también lo es expresar con claridad qué viene detrás de esa negativa.
#10. Define tus prioridades
Tomemos el tiempo de reflexionar y analizar de manera objetiva cuáles son nuestros propósitos en la vida. Esto te llevará invariablemente a dejar de lado tus dudas y separar tus prioridades de las cosas secundarias.
Centrarse en un objetivo prioritario y poner todas las energías en concretarlo, nos hace sentir bien con nosotros mismos y fortalece nuestra autoestima.
Para sentirse bien con su propia existencia y para abrirse al mundo debemos callar el dolor interno. Para estar bien con los demás debemos estar bien con nosotros mismos y para lograrlo, simplemente debemos aprender a querernos.
https://latinmoney.net/10-maneras-de-tener-la-autoestima-alta-y-no-volver-a-perderla