martes, 11 de febrero de 2014

Perfil Ocupacional: Líder Proactivo y Emprendedor



Perfil ocupacional:
Líder proactivo y emprendedor
Un profesional que destaca como virtud la pro actividad, en el ámbito laboral, es optimista, creativo, innovador, impulsor de metas y desafíos personales, seguros y oportunos en sus decisiones, asertivo en sus planteamientos, capaz de vencer los miedos para generar cambios, de anticiparse a los problemas para prever soluciones. Actúa según sus sueños, es receptivo a las diferencias e imprevistos y busca nuevas alternativas en vez de lamentarse. Concentra su energía en aquellas cosas sobre las que puede hacer algo. En el caso opuesto se encontrarían los trabajadores reactivos, que sólo están bien cuando el entorno está bien; dependen de las circunstancias en vez de generarlas y manejarlas.
“Una persona proactiva evita reaccionar con sentimientos negativos frente a algo inesperado o desagradable; en vez ello actúa positiva mente a partir de sus valores, buscando soluciones y creando nuevos proyectos. Decide cómo quiere que le afecten las cosas y qué hacer frente a ellas, tomando una actitud que lo anticipa y lo lleva a la acción, no dejando que los eventos "pasen" sino que "haciendo que estos ocurran".
¿Cómo ser un líder proactivo y emprendedor?
Empatía: Para ser un líder proactivo hay que saber escuchar, y optimizar las aptitudes de cada uno. Se trata de hacerse entender, no de hacerse temer.
Motivación: La motivación también es esencial para incentivar a los miembros de la empresa, y conseguir así que se cumplan los objetivos.
Compartir: Un líder proactivo no debe aportar todas las soluciones. Es mucho mejor comentarlas con las personas que las hayan encontrado, antes de poder tomar la decisión.
Comunicación: Se debe estar al corriente de los percances que puedan tener los colaboradores en su vida personal, y demostrarles que está a su lado.
Educación: Hay que saber decir "por favor" y "gracias", y no olvidarse de un “piropo” cuando alguien lo merece.
Una organización unida: Es importante prestar la máxima atención y consideración a cada colaborador, sea cual sea su grado y cargo en la empresa.
Firmeza: Un buen líder es exigente, pero no alza la voz.
Predicar con el ejemplo: Hay que invertir en formación impartida en las horas de trabajo, y obligarse antes de obligarles.
Así se consigue una plantilla cuyo valor es un activo para la empresa y cuyo coste no es un gasto sino una inversión.
Visión de futuro: Un buen directivo es aquel que no solamente dirige su equipo y trabaja muy bien el día a día, sino aquel que siempre tiene puesta la visión a medio y largo plazo, para saber enfocar las acciones futuras de manera que vayan siempre encaminadas a aquel objetivo previsto a largo plazo. De esta forma será una persona muy útil para la empresa, evitando despistes de gestión y consiguiendo ahorros importantes, pero al mismo tiempo intangible.
La importancia del equipo: El buen directivo proactivo es capaz de mover a otros compañeros directivos para trabajar a nivel de equipo, y así evitar el exceso de concentración de gestión en la figura del director general; esta buena gestión de equipo, enfocada hacia el objetivo común, hace que no sólo su departamento sea proactivo, sino que pueda llegar a serlo toda la organización.
Algunos riesgos a tener en cuenta: La pro actividad también conlleva riesgos; puede ser limitada, coaccionada o frenada por la dirección general que, en algunos casos, puede no compartir los objetivos. En ocasiones simplemente la falta de protagonismo de algún director general puede frenar también esta actitud proactiva.
Pro actividad y pragmatismo: Personalmente, me satisface muchísimo contar con personas proactivas en mi equipo; me hacen disfrutar del trabajo; no obstante hay que tener en cuenta que, en este mismo equipo, debe haber también personas lo suficientemente pragmáticas para poder dar valor positivo a esta pro actividad.
Existen algunas condiciones que se pueden generar para promover la pro actividad dentro del equipo de trabajo, entre ellas:
* Involucrar a los profesionales en las metas de la empresa
* Incentivarlos a imponerse desafíos
* Ser receptivos a las diferencias, viéndolas como una oportunidad para encontrar múltiples soluciones y puntos de vista
* Abrir espacios a la creatividad y a la comunicación asertiva
* Incentivar la toma de decisiones, alejando el miedo a cometer errores
* Enfrentando los problemas con optimismo, sin fatalismos

Este cambio de actitud de los profesionales frente a la vida y a los problemas, entrega una ventaja estratégica a la empresa al momento de enfrentarse al competitivo mercado laboral, haciéndola más flexible frente a las crisis, más dinámica frente a las exigencias de cambios, más innovadora para responder a las nuevas necesidades del mercado y más grata en su clima laboral. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario